jueves, 18 de febrero de 2010

Capítulo 1º. Mi historia.



Era la cuarta noche sin estrellas que cubría la amplia explanada que dividía la grandísima carpa del “Nuits du Myocarde”, el famoso circo para el que dedicaba todas mis noches desde hacía quince años y el lago Bolsena, cerca de la próspera ciudad de Viterbo, Italia…


Como todo circo ambulante que se precie, “Nuits du Myocarde”, era capaz de mantenernos a mis veinte compañeros y a mi en la misma zona sin que decaigan las ganancias. Gracias a esto, no teníamos que trasladarnos de un lugar a otro con demasiada rapidez y sonrío muy a menudo al recordar que seguimos siendo un gran equipo… sin contar con Zou, un enano que solo entiende de jóvenes doncellas y de alcohol… ¡Maldito borracho!

No podía quejarme. Llevaba bastante sin ver a mi familia, creo recordar, si la mente no me falla, que la última vez que vi a mi madre, la “Nuits du Myocarde” estaba instalado en un gran llano al norte de Boston, muy cerca de mi ciudad natal, Cambridge, en la costa este de los Estados unidos. Pero gracias al sorprendente éxito de nuestra compañía, todos los meses enviaba dinero al otro lado del charco para hacer la vida de mis seres queridos algo más llevadera… Y esto era todo lo que necesitaba para mantener mi mente acorde con la realidad y tomar el primer barco de regreso a mis añoradas calles encharcadas por la constante lluvia de Cambridge.

Yo tenía tan solo doce años cuando un sordo e insistente golpeteo en la puerta de mi casa cambió mi vida para siempre…


Transcurría el año 1744 y, como dije antes, tan solo tenía doce años…

Una gran fiebre había conseguido reducir la población del noreste de los Estados Unidos un cuarenta y cinco por ciento y la pobreza y el hambre cubrían de lleno todo ese hueco.

Mi gentil familia, como el resto de los hogares de los alrededores, llevaban todas las de perder, pues tanto su estado económico como el social se reducían hasta las condiciones de vida de una simple rata… sin trabajo, sin comida… sin higiene.

Por aquellos entonces y por suerte para mi humilde familia, yo era el muchacho encargado de repartir el periódico a cinco barrios más al norte de donde se encontraba mi hogar y con mi juvenil entusiasmo y mi afán por provocar sonrisas conseguía la suficiente propina como para comprar dos piezas de pan para los ocho miembros que constituían mi familia.

Bendito sea, una y mil veces aquel día, en el que se me ocurrió venderle un ejemplar al dueño de un famosísimo circo francés que actuaba en Boston ese mismo fin de semana.


Terminada mi jornada de trece horas, regresaba a mi casa saltarín y dicharachero y, como cualquier otro niño, inconsciente de que aquel hombre bien forrado en carnes y con bigotes semejantes a los rabos de los camaleones me seguía, prendado de mi alegría contagiosa…

Me persiguió y espió hasta mi casa, donde nada mas abrir la puerta mi enferma y demacrada madre, hizo su aparición como si de un payaso trapecista se tratase…

Mis cinco hermanos y yo, escuchamos tanto como pudimos escuchar de la conversación, desde lo alto de las escaleras; hablaban de dinero, de muchísimo dinero, con un inmenso porcentaje de adelanto si me dejaban ir con él para formar parte de aquella alocada compañía formada por enanos, mujeres barbudas, tigres y trapecista…

Mis padres bendijeron a Michelle, como así lo llamaban, por tal oportunidad, y a mi el hecho de ayudar a mi familia no me agradaba menos, así que esa fue la última noche que dormí rodeado de mis seres queridos.

Todo fue perfecto; todas las personas que formaban la compañía me acogieron con los brazos abiertos, y conforme iba ganando años también ganaba más sueldo, hasta el punto de sacar a mi familia de la pobreza.

Por cada país europeo que pasaba la “Nuits du Myocarde”, la compañía crecía y aumentaban sus ganancias. Hasta que llegamos a España. Se suele hablar de las mujeres españolas como personas dadas al cachondeo, la tranquilidad y sobre todo con una sexualidad preocupante.

Una de las noches de actuación en Madrid, un grupo de solteronas adineradas se empeñaron en saciar su apetito sexual conmigo y ante mi negativa sufrí maltratos, amenazas y burlas de todo tipo durante los tres meses que permanecimos allí. Yo mantuve la boca cerrada por miedo a que al desvelar mi condición homosexual pudiera perjudicarme muchísimo más, así que aguanté. Desde entonces, cuando una niña “deja de ser niña” también deja de formar parte de mi lista de amistades… ¿Mujeres? Puagg!!


El resto de mi viaje por Europa fue de lo más entretenido y adinerado, con algún que otro “rifi rafe” con señoritas, pero nada grave, hasta la “fecha maldita”, como yo la llamo.

Entraba el año 1759, yo me encontraba a mis perfectos veintisiete años de edad cuando todo cambió para siempre, sin retorno… Desde entonces no he visto ni un solo cumpleaños más, ni un solo sorbo de café… ni tan solo un último amanecer…

Mis recuerdos de aquella noche se nublan bastante cada vez que quiero acordarme… Solo se que me dirigía a mi caravana después de relajarme a orillas del Bolsena tras una actuación, cuando una maldita mujer se me abalanzó y me sorbió la vida… poco a poco… humanidad… fuera… mortalidad… fuera… y dentro más soledad y más sed que nunca…

¿Qué en que me convertí? Ahora mismo os respondo, en un maldito VAMPIRO; Un ser sediento de sangre y salido del mismísimo infierno al que no le puede dar nunca jamás la cálida luz solar, un ser que jamás podrá comer otra cosa que vidas ajenas… un ser que solo sabe traer muerte y desolación tras sus pasos bajo la perpetua luz de una luna eterna…


Y, aquí, señoras y señores, donde ya todo parecía perdido, es donde comienza mi verdadera historia. Una historia de soledad, si, pero también es la historia que cuenta que las barreras, ante el amor, pueden saltarse sin dificultad. Una historia que demuestra que la muerte es solo un estado temporal, que la verdadera vida se empieza cuando encuentras el amor verdadero.

Lans 1836

3 comentarios:

Randt dijo...

.............. para cuando el próximo? *¬*

MurluK dijo...

jajajajajjaa!!!
Eso quiere decir que te ha gustado?? *0*
Pues como tengo bastante con lo que trabajar para subir nuevos capítulos, supongo que los subiré cada semana...o tal vez antes...depende ^^

MUCHAS GRACIAS!!!!!

Randt dijo...

*0* guay!!

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